miércoles, 18 de marzo de 2009

La noche duerme sobre mi pecho. Se mueve un poco y murmura. Pero no habla. Intento entender que es lo que dice, pero me resulta imposible. De pronto, la noche despierta. Está agitada. Pareciera que ha tenido una pesadilla, pero ya no puedo preguntarle, pues la noche al despertar, se ha hecho día.