martes, 25 de agosto de 2009

Querida Marta:

Espero que estas pequeñas letras no arruinen esta hoja y digan algo más que cuando estaba en blanco. Espero también que sepas que siempre estaré ahí fuera, querida Marta, para cuando abras los ojos y veas que el cielo es azul y decidas salir. ¿Sabes que cuando decidas salir a jugar yo podría jugar contigo? Cuando salgas te llevaré a lugares que no son reales, a jardines de fresas hermosas, lugares divinos y cristalinos, como cebollas, como todos los misterios, esos que aún nadie conoce, y por eso son transparentes y divinos. Marta, allí te llevaré cuando decidas abrir los ojos. Y así se pasa la vida, y pese a todo, aún llevas esa prudencia, y pareciera que es por eso que no quieres verme. Pero aquí yo estaré, por ti y porque te amo. Y no olvido todo eso que hemos hablado, de casarnos y los hijos y que tú te maquilles frente al espejo, y me esperes luego, sentada en el sofá mientras yo vuelvo del mercado. Y quizás merendar juntos, Marta, que me prepares tarta de miel o algunos panqueques en invierno. Eso quiero y por eso estoy en el jardín, esperando que abras los ojos y te deshagas de esa prudencia, Marta, y casarnos y que nadie me cace a mí, que un cazador no me confunda con su presa, con un tigre o una mosca, y me dispare, y me lleve en sus hombros a su casa y me muestre, asesinado, a su madre orgullosa. Apúrate Marta, si no quieres que me confundan con un tigre ¡Apúrate! Abrí los ojos y no dejes que me confundan con un animal salvaje, ahora que estoy aquí, esperándote en el jardín. ¿Y es que nadie te ha dicho como debes revelar tu amor? ¿Nadie te ha dicho, amor mío, que de los errores se aprende, que esa prudencia no sirve? Necesitas vivir Marta, eso es lo que necesitas.
Extraño tu cuerpo, esas manos de terciopelo. Extraño esa felicidad, similar a un rifle caliente ya disparado. Esa felicidad de tocarte, esa felicidad de tus ojos. Y espero que mas allá de todo no me olvides, Marta, amor mío, niña tonta, espero que sepas usar esto que tienes a tu alrededor, abre los ojos y úsalo, por favor. Siempre has sido mi inspiración, y eso lo sabes bien. No me olvides, Marta, que estoy a punto de llorar y estoy tan cansado que pareciera que tengo la mente arruinada. Y no se que hacer: ¿Debería, acaso, levantarme e ir a buscarte? Es que sólo pienso en ti, amor mío, sólo en ti. Hace 3 semanas que estás ahí, metida en ese cuarto. Y créeme que daría todo lo que tengo por un poco de paz, pero aún sigo aquí, y rápidamente anochece y mi tristeza crece y tú no sales al jardín de fresas, a jugar un poco conmigo. Por favor, apresúrate.
En verdad ya es de noche y los mirlos de alas rotas ya están cantando y eso también me recuerda a ti. Los mirlos no vuelan y por eso cantan canciones tristes, mientras el día y la noche mueren. Y es que el día y la noche mueren juntos ¿Acaso no lo sabías, amor mío? ¿Es que tú también tienes tus alas rota y por eso no puedes volar, Marta? Espero que pronto vueles, mirlo de la noche, y que tus melodías sean hermosas. Y que cantes, y puedas ser libre, y pueda ser libre yo también. Pero no sé si mi vida empeora a cada momento, si me alejo más esa ansiada libertad, de poder jugar contigo. Tus alas rotas, Marta, en tu mirada falta algo, pero espero que vuelvas, que tu herida sea sólo un rasguño. Abre los ojos y recupérate, yo te ayudare, lo haré, prometo que lo haré.
También podemos escaparnos, amor mío, nadie nos verá, pero hagamos algo. ¿Acaso deberé esperar toda una vida? Sabes muy bien que lo haré.
Pero es verdad, la mitad de esto que digo no tiene sentido, y es que sólo lo digo para llegar a ti. Abre los ojos y juguemos, por favor, Marta, amor mío, ¿Me escuchas? Es que ya no tengo nada que decir, la noche ha caído y tú oyes los hermosos cantos de los mirlos. ¿Deberé callarme, amor? ¿Debería morir? Deseo morir pero no lo haré. Y tú sabes bien porque no lo hago. ¿Lo sabes, no es verdad, amor mío? Aquí estoy, junto a un arroyo de montaña. Sal afuera, Marta, sal afuera, apresúrate a ver como crecen sus aguas. Ya es de día nuevamente, y la nueva música es la del agua. Y esa música es alegría. Tómatelo con calma, Marta, que todos tenemos algo que esconder. Sal de allí, que yo te ayudare a mirar adentro tuyo. Y mientras más adentro miras, más alto vuelas. Tus alas rotas ayudaré a curar, Marta, sal afuera, que ya nació el día, el hijo de la madre naturaleza, sal afuera que sólo afuera puedes volar. Yo te espero, el mundo te espera, vamos, amor mío, y que esa sonrisa ilumine todo. ¿Acaso es que no quieres que te ame? Dime la respuesta, Marta, que cuando llego abajo, muy rápido vuelvo a subirme al tobogán. Y tanto tiempo ha pasado, tantas lagrimas he perdido, pero igualmente te deseo y te necesito. Abre los ojos y haz tu revolución, cambia tu mente y haz tu revolución, pero sabes que me necesitas para hacerla. Dime tu plan, Marta, y liberarás tu mente. Ven y enséñame la magia, vuélveme loco, que aunque aún no eres un mito, estás cerca, y me mata la idea de verte. Quiero merendar contigo, comer crema de mandarina y turrón, un ponche de ginebra y café. Ya te atravesará el dolor y gritarás y llorarás. Llora, bebé, llora. Yo estoy aquí, en el jardín, junto a un arroyo de montaña, esperándote para jugar. Quizá podría recoger algunas flores para que cuando abras los ojos veas todo de colores; amor mío, Marta, lloras como loca, como un bebé y yo te extraño, bajo el sol, en este jardín. Sólo han pasado 3 semanas desde que estas ahí, pero parecieran que son nueve. ¡Nueve, nueve, nueve, nueve! Y ya anochece de nuevo, y puedo escuchar todo esto mil veces. ¡Todo esto que digo puedo escucharlo mil veces! Y aunque la mitad de las cosas que digo no tienen sentido, espero que todo esto sea más que una hoja en blanco. Los mirlos cantan y ya es de noche de nuevo. Aquí te espero, amor mío. Marta, queridísima Marta, tu siempre has sido mi inspiración. Cierra los ojos, ahora que el sol apaga su luz y la luna empieza a brillar. Que tengas dulces sueños, Marta, y abandona esa prudencia, y sal al jardín a jugar. Buenas noches, a vos, amor mío, y a todos y en todas partes.

1 comentario:

Tomás dijo...

Qué hit este, juancito eh.
Abrazo
Tomi